martes, octubre 27, 2015

La carne y el cáncer.


Ya era sabido que la carne cocinada a la barbacoa o sea "a la brasa" o a la parrilla y por lo tanto algo carbonizada, puede ser cancerígena; y no solo la roja si no también la blanca, como el cordero ("xai a la brasa") o el mismo pollo.
Que los productos ahumados, como el "bacon canadiense" (no la panceta fresca, que no está ahumada) y ciertas salchichas de Frankfurt, también pueden perjudicar, ya era conocido (igual que el salmón ahumado, que me encanta pero no lo como cada día, como es natural...). Como perjudican las "carnes procesadas industrialmente" que pueden llevar muchos aditivos "non sanctos". Nada que ver una hamburguesa de Mc Donalds, con la que te haces picar tu por tú carnicera, escogiendo la vianda, y cocinándola en casa, a la plancha sin más...

Y para contrarrestar el alarmismo de la nota de la OMS sobre el peligro de las carnes rojas (de las que yo soy devoto consumidor y fiel propagandista), nada mejor que escuchar al catalán doctor Joan Massagué, Director del Centro del Cancer del Hospital "Memorial Sloan Kettering" de Nueva York, que dice:

"Cualquier producto consumido en grandes cantidades y frecuencias repetidas, muy probablemente acabará provocando cáncer, enfermedad cardiovascular o inflamación crónica. ¡Me pegunto, dónde está la noticia...!"

Coronel Von Rohaut

(PS) Como en el sexo, lo bueno es "menjar poc i païr bé" o, como los prostáticos (en la meada) y los enfermos del estómago (en las comidas), "poc i sovint".

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