He sido siempre un admirador de Johann Sebastian Bach (*), en cuyas composiciones considero que está toda la música. Es, al mismo tiempo, su nacimiento y su desarrollo con todas las posibles capacidades y variaciones.
Pero últimamente escucho poca música, ni clásica, ni "jazz", ni flamenco, y quizás sería presuntuoso y hasta poco creíble que dijera que no tengo tiempo. Ni siquiera música ligera, ya que tengo pereza de ponerme a escucharla y la música debe ser escuchada y no oída.
Hoy, sin embargo, he dedicado un rato a escuchar algo de Mozart, que es otro de mis preferidos, más ecléctico y sonoramente evolucionado, más cálido, colorido y amplio que Bach.
Su Concierto para trompa N. 3 es algo excelso.
Coronel Von Rohaut
(*) Para la música que interpretó en mi boda un cuarteto de cámara pedí que solo sonara la de Bach. Me pareció que era la síntesis.
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