domingo, julio 25, 2010

No todo es la economía, imbécil

Digo yo, volviendo del revés la imprecación de Clinton a Bush (senior).

Alguien me dice, de buen rollo, que predicar la secesión de Catalunya cuando ya no es tan rentable permanecer asociado a España no parece de mucho "fair play". Pero a eso yo puedo replicar que si, de entre las razones principales para gritar "Adéu Espanya!", yo resalto ahora la económica por encima de la identitaria, es para tratar de convencer, de explicar (lo mío es la pedagogía...) a los "nuevos catalanes" o los inmigrantes andaluces y a sus hijos nacidos aquí pero que no cortan sus lazos sentimentales con su España de origen, que en una Catalunya independiente y soberana y que pudiera disponer libremente de todos sus recursos, ahora expoliados por el gobierno central, vivirían mucho mejor, tendrían mejor calidad de vida (servicios, infraestructuras, pensiones, etc.). Serían más ricos, que si optan por seguir viviendo en una "porción" de España a la que las demás "porciones" expolian y, mientras lo hacen, en lugar de dar las gracias insultan y humillan.

Y me señalan, un poco con el dedo acusador, que el "pacto de Cataluña con España" no se basó en el tema económico. Claro que no. Y, sobre todo, ni siquiera fue un "pacto" si no un puto "derecho de conquista" después de ser atacados, invadidos, ocupados y bombardeados repetidamente (como he explicado en varios "posts" anteriores que, al parecer, no han sido leídos).

Sería como aquella estúpida frase del rey, el borbón de turno, cuando dijo, leyendo en la universidad de Alcalá de Henares lo escrito por la ministra de educación (mala) y cultura (poca), la ex maoista y luego ferviente nacionalista española al servicio de Aznar, la Pilar del Castillo: "la lengua castellana jamás fue impuesta si no aceptada libremente por los pueblos...". De verdad que jamás había escuchado yo nada más cómico e hilarante.

Y negar este "derecho de conquista", que la historia explica con fechas y datos, sería como negar la velocidad de la luz que, según Einstein, es la única constante universal.

En cuanto a la frase de Gracián (que algunos adjudican a San Ignacio de Loyola) que "en tiempos de tribulación no hacer mudanza", fue precisamente en plena tribulación, ocasionada por la injusta subida de impuestos, que los americanos se levantaron contra sus expoliadores ingleses y les dijeron "Adéu Anglaterra!". O algo parecido, durante el "Boston Tea Party"...

Coronel Von Rohaut

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