domingo, abril 04, 2010

Las raíces de la xenofobia

Leo que al cumplimentar los impresos del censo poblacional que se está haciendo en los USA, Barack Obama ha señalado, como raza propia, la "negra" (cuando allí se puede optar por la que sea, incluso poniendo varias cuando tus orígenes son mestizos).

Mientras que en Francia está prohibido por ley pedirle a alguien cuales son sus orígenes étnicos o hacerlo resaltar en cualquier información ni muchos menos en el Documento Nacional de Identidad. Para evitar cualquier mención de raza y así no dar pie a ninguna reacción xenófoba (*).

Pero es un error. Hoy mismo, en una televisión francesa, veo una información que un grupo de 5 muchachos han cometido un acto de violación colectiva o en grupo a una muchacha de menos de 15 años. Obviamente no indican si eran blancos, negros o putos moros. Pero debido al tipo de delito y tener lugar en una "banlieue" de Paris, yo sospecho, conjeturo y doy por hecho, que se trata de putos moros. Y a lo mejor son rufianes blancos, que también los hay. Pero que me lo digan, que lo aclaren, y así no cometeré el pecado, de pensamiento y palabra, de calumniar o demonizar a una etnia determinada.

Por que no es xenofobia considerar que la mayoría de chorizos, ladrones, rufianes y violadores son moros, cuando la mayoría (o en una proporción muy superior a la que representa su población en relación al total del país) de chorizos, ladrones, rufianes y violadores sean moros; no es xenofobia, es constatación de un hecho.

Es sabido que la gran mayoría de la población reclusa de los USA son negros. Y es sabido que la principal causa del alto índice de delincuencia es la exclusión social. Pero no es cierto que toda la exclusión sea motivada por el mal reparto de la riqueza, la falta de oportunidades o los males de "la sociedad". Muchas veces, la exclusión es voluntaria o causada por unos malos hábitos de vida, libremente escogidos. Una "cultura" distinta que se dice a veces pero que, mejor dicho, es una falta de cultura, de principios y de valores cívicos. Una pereza, un relajamiento moral, un querer vivir aparte de las normas y patrones mayoritarios de esfuerzo y trabajo.

Ya lo dijo el mismo presidente Obama, un "negro" pero educado, en una famosa alocución dirigida, al principio de su mandato, a la población "afroamericana" (qué eufemismo más imbécil) de su país; vino a decirles. "Follad menos, no fabriquéis tantos hijos de madres solteras, cuidad de vuestra familia, educad a vuestros hijos, obligadles a ir a la escuela".

Y entonces añado, yo: "Y no iréis a parar tanto a la cárcel, no se os tendrá tanta manía, no habrán tantas familias desestructuradas, caldo de cultivo de la marginalidad, no existirá tanta xenofobia".

Y a los putos moros de aquí les emplazo: "La civilización y cultura, actuales, de los blancos occidentales y europeos, son superiores a las islámicas. Por esto vivimos mejor y por esto, precisamente, vosotros queréis venir a instalaros aquí; luego, 'integraos', coño, de una puta vez... Dejad de degollar carneros en las azoteas de vuestras casas, no obliguéis a que vuestras mujeres e hijas salgan a la calle vestidas de fantasmas, dejad que vuestras niñas estudien y hagan deporte y no las caséis en contra de su voluntad con viejos babosos como el pederasta del Mahoma".

"Insha' Allah"

Coronel Von Rohaut

(*) Pero tampoco es posible conocer, de forma fidedigna, la composición étnica de la población total francesa, dificultando con ello cualquier estudio sociológico o antropológico. Y así les va.

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