jueves, noviembre 20, 2008

El 20N de los cojones

Sí, hoy es el 20N y tal día cómo hoy mismo, hace ya tropocientos años, estaba yo regresando de un viaje comercial al Canadá, junto con un colega de trabajo.

Al abordar, en el aeropuerto JFK de Nueva York, el avión de Iberia que nos iba a regresar a Barcelona, el sobrecargo o azafato que nos recibió a la puerta del 747, nos informó, verdaderamente compungido, que "Franco ha muerto".

Su rostro mostraba tal desolación que le dije a mi compañero Marc, "Hostia tú, si ahora a este tío le pedimos una botella de cava para celebrar tan fausta y esperada noticia, igual nos hace fusilar..."

Mi esposa, la Pili, que estaba en casa con los niños, sí que lo celebró ya que una vecina, la señora Pepita, llamó a su puerta para darle la buena nueva y entró ya con una botella en alto, que tenía guardada en el frigorífico desde hacía días.

Nunca es tarde cuando llega y mejor si la dicha es buena. No obstante, con el paso del tiempo he ido cambiando y ahora muchas veces pienso que, contra Franco, yo vivía mucho mejor: tenía 33 años menos... ¡y esto es la releche!

Coronel Von Rohaut

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