viernes, septiembre 19, 2008

Barcelona mon amour

Cuando Woody Allen era un guionista de chistes y monólogos y luego, él mismo monologuista de cabaret, en el mas puro estilo del humor judío, era inconmensurable, si bien menos corrosivo y transgresor que un Lenny Bruce, por ejemplo.

Siguió siendo muy bueno, humor inteligente, en sus primeras películas cómo interprete y director (Annie Hall, Manhattan).

Pero ultimamente y lo puedo entender, es mas un ganapan que otra cosa.

No la he visto ni probablemente la veré, pero me dicen los que entienden que la última parida de la "Cristina y Barcelona" o algo parecido no es mas que una "españolada" de tomo y lomo, con guitarras flamencas inundando las Ramblas de Barcelona. (*)

Toma promoción....

Claro que nuestras preclaras autoridades que permiten que dichas Ramblas estén, en la realidad y aparte de chorizos y trileros, inundadas de tenderetes con bailarinas flamencas, falsas banderillas y horteras sombreros mexicanos, también tienen su mérito.

Coronel Von Rohaut

(*) Que no tiene nada que ver con que a muchos catalanes nos guste mucho el flamenco y el jazz, que se interpretan (o interpretaban) en algunos lugares concretos de la ciudad.

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