domingo, agosto 17, 2008

Opus 27

Nunca había visto caer tantos records mundiales en unos JJ.OO.

Normalmente en los juegos caen records olímpicos, que para esto están y se ganan medallas, que para esto se va. Pero en Pekín (no me da la gana decir Beijing) muchos medallistas, al mismo tiempo, mejoran la marca mundial. Por ejemplo, el bestia del Phelps y ahora la otra bestia del Colt (que, encima, tiene nombre de potro o de revolver con bala...). (*)

También es verdad que han mejorado mucho los medios tecnológicos para medir el tiempo hasta en sus fracciones mas mínimas. Es posible que alguien que vio batida su marca por un nuevo atleta o recordman, en realidad hubiera corrido mas rápido que él pero que el "crono" de entonces no lo hubiera medido con la precisión que lo hicieron luego los electrónicos o los de ahora y no veas los de mañana...

En lo que no hay la mas mínima duda es en las marcas , precisamente, de estos dos pájaros, el Phelps en una de sus pruebas de natación y el Bolt en los 100 metros lisos, llegando descaradamente con varios cuerpos de ventaja sobre su inmediato seguidor.

¿Pero, hasta cuando se podrán seguir batiendo records? Cómo con el fin del petróleo que hace tiempo que dicen que se acaba, hace años que vengo oyendo decir que tal o cual marca es insuperable. Pero se siguen superando.

Pero claro está, algún día ya no se podrán superar, porque ni con el mejor cronómetro es posible, por lo menos en la actual dimensión de nuestro universo conocido, llegar antes de salir.

Y a pesar que el Sr. Samaranch, que barría para casa, dijo que los JJ.OO. de Barcelona habían sido los mejores de la historia y que, a nivel de "show", "grand guignol", negocio global o súper espectáculo televisivo y planetario de masas puedan ser, cada vez, mas espectaculares y grandiosos, yo sigo recordando, con cariño y nostalgia, unos que todavía no se daban por televisión y sólo pude ver en su documental cinematográfico.

Me refiero a los de Helsinki del 1952, unos de los primeros una vez terminada la gran conflagración mundial.

Justo antes de la 2ª Guerra Mundial, Hitler aprovechó el escaparate de los juegos de Berlín para la propaganda de su régimen. Y lo hizo bien. Fueron, posiblemente, los primeros juegos monumentales de la historia y su documental cinematográfico "Olympia", rodado por la gran documentalista "nazi" Leni Riefensthal, una obra mítica y genial, independientemente de su ideología.

Pero en 1952 y posiblemente gracias a la mentalidad y cultura deportiva y "amateur" de toda la población finlandesa y de la ciudad que los acogía, en Helsinki los juegos volvieron a su espíritu mas puro y noble.

Luego ya se dispararon y hasta hoy, con Pekín y sus millones de hormigas obreras.

Coronel Von Rohaut

(*) Perdón, no se llama Colt sino Bolt. "Errare humanum est"

1 comentario:

Pharster dijo...

Atinado en lo de los aparatitos de medir fracciones mínimas de tiempo.Creo que si caen marcas es porque de alguna manera cambia la estructura corporal de los atletas, mejor alimentación, entrenos draconianos, dedicación casi profesional. Personalmente me gustan pero no me apasionan. El Pere