miércoles, julio 09, 2008

El manifiesto y las adhesiones

Me importa un carajo quien se haya adherido al manifiesto supuestamente en defensa del castellano, lo cual es una solemne gilipollez ya que nada amenaza a dicha lengua y su defensa es, por ende, superflua y maliciosamente esconde otras propuestas, por lo demás nada ocultas.

Algunas personas famosas de las que se había dicho que lo habían respaldado, inteligentemente lo han negado (Ramoncín, Luz Casal, etc.)

Otras se han manifestado a favor, cómo Iker Casillas, lo que me ha defraudado pues era el único jugador madridista que me caía simpático y ya veo que no te puedes fiar de nadie ¿quién le habrá engañado? O el engañado era yo y, cómo decía John Wayne, el único indio bueno es el indio muerto....

A los sindicatos españoles de policía nadie les había dado vela en este entierro y los argumentos que aducen para su adhesión son estúpidos además de falaces. No es mas que otra muestra del profundo sentimiento nacionalista castellano que subyace en la sociedad española por mas que, machaconamente, proclamen que no son nacionalistas y que el "nacionalismo" (el de los demás, claro) es perverso. El suyo, poderoso y excluyente, lo sienten de forma tan natural y congénita que ni le llaman nacionalismo; es un sentimiento consustantivo para ellos mientras que el de los demás es la maldad racista y la perversión xenófoba, el aldeanismo y el fanatismo. ¡Que les den!

Finalmente veo que también se ha adherido la Montserrat Caballé que, además, ha manifestado que "se siente muy española, pese a quien pese (¿a quien le ha de pesar?, está en su derecho) y ya sus padres le enseñaron que la lengua de España es la española (esto es una perogrullada: y la de Inglaterra es el inglés) y que Cataluña es una región (y yo no tengo ninguna culpa que sus padres fueran unos pobres ignorantes)".

Respeto las opiniones y sentimientos de la Caballé, gran cantante por otra parte, si bien muy inferior a la Callas. Pero ella también tendrá que aceptar que yo recuerde que, en cierta ocasión, el muy español, madrileño y madridista y también gran cantante, Plácido Domingo, se negara a cantar una ópera con ella porqué, según entendí, se le hacía difícil cantar un dúo de amor abrazado a una foca...

Y ni que fuera muy española, añado yo (*).

Coronel Von Rohaut

(*) Y si el tonto del Jordi Pujol le dió la Creu de Sant Jordi, que la devuelva.

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