domingo, octubre 21, 2007

Un maldito juglar

Me entero que el Boadella, payaso y "tocapelotas", se va de Catalunya. Bueno, no, porqué seguirá viviendo en el Empordà (que cabróoon...), pero dice que no volverá a actuar aquí. Pues qué bien; qué alivio.

Este tío basó gran parte de su éxito inicial parodiando y haciendo escarnio, en sus obras, al Padre Pujol. No con gracia y hasta cariño, cómo el Queco Novell imita al pobre Maragall, sino con rencor y mala baba. ¡Y todo porqué la Generalitat no quiso nunca concederle ninguna subvención!

En mi pobre y humilde opinión, es tanto o mas ruin el "titiritero" que por despecho, por no recibir una subvención pública, insulta y escarnece al responsable de concederlas, que el que se pasa la vida chupando del bote.

Por ello, me encantaría que el señor Boadella se fuera definitivamente a vivir lejos de aquí. No a Madrigal de las Altas Torres, donde él dice que le hubiera gustado nacer y ni en esto es original ya que éste era el topónimo, o nombre de población, preferido de Don Miguel de Unamuno, si no me falla la memoria (cosa harto frecuente...).

No, a Madrigal no. Que se vaya a la mierda, acompañado de sus amigos "botiflers"(*) cómo el Iván Tubau, el Arcadi Espada, el Francesc de Carreras y ya les irá a visitar su "padre espiritual", el Alejo Vidal Quadras (anti-nacionalista, claro, pero sólo contra el nacionalismo periférico, jamás contra el prepotente nacionalismo español).

Por descontado, yo nunca les expulsaría del país ya que exiliar a los que piensan distinto es una funesta práctica fascista y/o comunista, que yo no soy.

Pero hasta no hace muchos años e incluso en los países democráticos, bajo la ley marcial, a los condenados por alta traición se les aplicaban castigos ejemplares...

Coronel Von Rohaut

(*) "Botifler" término que se aplica a los ciudadanos de los territorios catalanes pero que son próximos al nacionalismo español. Luego, desde el punto de vista de la patria catalana, serían condenables por "alta traición". ¿No?

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