viernes, enero 26, 2007

La corrida nacional

Ayer, de pasada, cité las corridas de toros que, en España, tienen la consideración de "Fiesta Nacional"..!!!

Que conste, antes que nada, que me gustan las corridas, por su estética, por su simbolismo de lucha de la inteligencia sobre la fuerza bruta, por toda la creación cultural y artística que han generado como son pinturas y esculturas, poesía y literatura en general y también entiendo que forma parte del poso identitario de un pueblo y de su atavismo y que el toro, desde la antigua y pre-helénica civilización micénica, ha formado parte de la "mediterraneidad" .

Pero la Civilización y la Cultura (con mayusculas) han evolucionado, a pesar de los numerosos y sangrantes altibajos, sobre todo en el Occidente del que formamos parte. Y las corridas son una salvajada, que no puede justificar ningún costumbrismo ni lejana coartada cultural.

Porqué al pobre toro de lídia, al que nadie le ha pedidio su consentimiento (ni tenemos formas de comunicación con él, animal irracional, para ofrecerle ninguna alternativa), tan pronto sale al ruedo ya le clavan un puñal en el cuello para enrabietarle, luego lo marean "ad nauseam" con el revolotear del engaño, lo masacran despiadadamente con la pica, para desangrarle en vida, lo martirizan con los pinchos de las banderillas y luego lo matan de una estocada, una espada de hierro que no siempre le clavan adecuadamente, por lo que muchas veces su agonía es lenta, cuando no lo degüellan debido a la poca destreza del matador.

Y un toro, como toda animal vertebrado, dispone de un sistema nervioso que le traslada y hace sentir todo el dolor que le ocasionan, para disfrute público de unos cuantos descerebrados, anclados en el pasado y que disfrutan como los romanos en el circo o la gente que iba a ver las ejecuciones y descuartizamientos de la edad media o la cosecha de cabezas cortadas con la guillotina, mientras merendaban o las señoras hacían calceta.

O como hoy y ahora en muchos paises musulmanes, donde disfrutan viendo lapidar, o sea, matar a pedradas, a una pobre mujer por el delito de haber sido violada (encima...!) y acusada de adúltera por su "santo varón".

Pero esto era (o tendría que ser) nuestro pasado. ¿No os parece...?

Coronel Von Rohaut

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